En un momento de creciente tensión entre Latinoamérica y Estados Unidos, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo un llamado al mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, para repatriar a los colombianos que actualmente se encuentran detenidos en cárceles salvadoreñas. Esta solicitud resalta la posición de Petro, quien defiende que ‘los migrantes no son criminales’, promoviendo así una visión más humana de la movilidad entre naciones.
El pedido de Petro se produce en el contexto de la reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, que detuvo las expulsiones de ciudadanos venezolanos hacia El Salvador. Estos ciudadanos habían sido acusados de estar vinculados con la organización criminal Tren de Aragua, bajo un controvertido uso de una ley del siglo XVIII, invocada anteriormente por la administración de Donald Trump.
Esta situación marca una nueva etapa en las relaciones diplomáticas entre los países americanos, destacando la necesidad de revisar las políticas migratorias y de justicia para garantizar los derechos humanos básicos, especialmente en tiempos de crisis globales.
