El mundo de la literatura se viste de luto con la partida de Mario Vargas Llosa, el destacado novelista peruano, quien falleció este domingo en Lima a los 89 años. Sus hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana, confirmaron la noticia a través de un emotivo comunicado en el que destacaron la fructífera vida y carrera de su padre, quien deja un legado literario que perdurará en la historia.
Nacido en Arequipa en 1936, Vargas Llosa vivió una trayectoria marcada por la pasión y el compromiso con la literatura y la política. A lo largo de sus años, regaló al mundo obras maestras como Conversación en La Catedral, La ciudad y los perros y La fiesta del Chivo, obras que no solo destacaron por su calidad narrativa, sino también por su incisivo análisis del poder y la condición humana.
La vida de Vargas Llosa estuvo llena de contrastes y cambios ideológicos, pasando de ser un ferviente defensor del comunismo en su juventud a abrazar el neoliberalismo en sus años adultos. En 2010, tras años de merecido reconocimiento, recibió el tan esperado Premio Nobel de Literatura, galardón que celebró la agudeza de su obra y su impacto en la literatura mundial.
Además de su prolífica producción literaria, Vargas Llosa dejó su huella en el periodismo con su columna Piedra de toque en EL PAÍS, donde exhibió su curiosidad intelectual y su visión crítica sobre los acontecimientos contemporáneos. A pesar de su controversia política, siempre mantuvo una profunda convicción en la libertad individual y en el poder transformador de la literatura.
Vargas Llosa abandonó la ficción con su última novela, Le dedico mi silencio, en 2023, y dijo adiós al columnismo, llevándose consigo una mente inquieta y una pluma incisiva que permanecerán vivas en cada lector que se acerque a sus libros.
Hoy, Vargas Llosa se despide dejando un vacío insustituible en la literatura contemporánea, pero su legado continúa, inmortalizado en sus palabras y en el corazón de quienes se identificaron con su obra.
