En un caso que ha conmocionado a la región de Tarapacá, una mujer chilena de 51 años ha sido formalizada por los graves cargos de homicidio frustrado y maltrato habitual contra su hijastro de 13 años. Las acusaciones revelan una serie de abusos terribles, que llevaron al menor a vivir en condiciones infrahumanas en el patio de la casa, sin acceso a las comodidades básicas.
Según las informaciones, la imputada no solo mantenía al niño recluido al aire libre, sino que también lo sometía a agresiones físicas, lo alimentaba con sobras, le negaba el uso del baño y provocaba en él heridas severas, además de desnutrición y la interrupción de su educación. Estas prácticas inhumanas salieron a la luz gracias al valiente testimonio del menor y las evidencias aportadas por los vecinos.
La gravedad de los hechos y el riesgo que representa para la sociedad han llevado a las autoridades a decretar su prisión preventiva. Aunque la investigación sigue en curso, y es importante recordar que los cargos podrían ser desestimados en el futuro, el caso ha puesto en evidencia la necesidad de prestar mayor atención a la protección de los menores en situaciones vulnerables.
Este caso pone de manifiesto no solo la fragilidad del sistema de protección infantil, sino también la urgencia de abordar el maltrato en todos los niveles para garantizar un entorno seguro y propicio para el desarrollo de los niños y niñas en Chile.