Andrés Chadwick, ex Ministro del Interior, ha salido al paso de las acusaciones sobre su supuesta relación cercana con el exfiscal Manuel Guerra en el conocido Caso Audios. El político desmiente cualquier implicación en la contratación de Guerra en la Universidad San Sebastián, afirmando no haber influido en el proceso.
En un giro que recuerda a otros episodios de la política chilena, Chadwick reconoce haber facilitado el contacto entre Guerra y el responsable de contrataciones de la universidad, pero niega haber hecho recomendaciones que pudieran haber influido en la decisión final. Esta declaración se da en un contexto donde las acusaciones apuntan a una supuesta red de conexiones políticas que involucra a varios actores del sistema.
Por su parte, la jefa de bancada del PPD ha cruzado declaraciones, acusando a los imputados de tener “falla de memoria”, en lo que parece ser una clara referencia a la confusión que rodea a los hechos. Mientras tanto, un diputado socialista no se abstuvo de ironizar sobre la situación, sugiriendo que Chadwick fue el “articulador político” de una red que también menciona a Luis Hermosilla.
Lo que queda claro es que la política chilena sigue siendo un campo minado de acusaciones y defensas, donde los personajes a menudo encuentran maneras de deslindarse de responsabilidades, generando más sombras que claridad en los procesos que deben ser ejemplares.