En un movimiento que busca abordar la creciente crisis migratoria, el Gobierno de Chile ha puesto en marcha un nuevo protocolo de reconducción de migrantes en la frontera con Bolivia. Este acuerdo, firmado por la ministra del Interior, Carolina Tohá, y el ministro boliviano, Eduardo del Castillo, permite la devolución de personas de terceros países que ingresen de forma irregular por esta zona, algo que anteriormente no se permitía.
El procedimiento es claro: si Carabineros o el Ejército detectan a un migrante a menos de 10 kilómetros de la frontera, se le entregará a la Policía de Investigaciones (PDI), que posteriormente lo derivará a las autoridades bolivianas. Para validar la nacionalidad, se utilizarán distintos documentos y métodos, desde comprobantes de compra hasta imágenes georreferenciadas.
Esta iniciativa se enmarca en un esfuerzo más amplio por parte del Gobierno para fortalecer el control en la frontera norte. Desde febrero de este año, se ha desplegado un operativo militar, junto con el uso de tecnología innovadora a través de proyectos como Muralla Digital y SIFRON, además de un reforzamiento en el Servicio Nacional de Aduanas.
El aumento en la migración irregular ha sido alarmante, con más de 338 mil casos registrados en 2023. La frontera con Bolivia se ha convertido en un punto crítico, utilizado frecuentemente por migrantes, a menudo enfrentándose a un terreno hostil y peligroso. El teniente coronel del Ejército, Carlos Tapia, ha enfatizado los riesgos asociados, mencionando que el desierto altiplánico presenta desafíos significativos, sobre todo en época de lluvias.
Aunque las autoridades están intensificando sus esfuerzos por controlar la situación, miles de migrantes continúan intentando cruzar, en busca de mejores oportunidades, arriesgando en muchos casos sus vidas en el proceso.
