El 1 de abril se iniciará una nueva etapa en la lucha contra el crimen organizado en Chile con el lanzamiento del nuevo Ministerio de Seguridad Pública. Esta institución, que asumirá funciones anteriormente bajo el Ministerio del Interior, promete abordar de forma más eficaz la delincuencia que aqueja a diversas comunidades.
Según lo anunciado por el Gobierno, el nuevo ministerio se enfocará en la formulación de políticas innovadoras para prevenir y enfrentar el crimen. Uno de sus pilares será el Sistema de Seguridad Pública, que integrará a múltiples entidades, incluyendo Carabineros, con el fin de coordinar esfuerzos y operativos más eficientes.
Dentro de su estructura, se creará un Centro Integrado de Coordinación Policial, del cual se espera una mayor eficiencia en la respuesta a situaciones de emergencia. A su vez, se implementará un Sistema Nacional de Protección Ciudadana, similar al sistema 911 que opera en EE.UU., para garantizar una atención más ágil a los ciudadanos que requieran asistencia.
Además, el nuevo ministerio contará con dos subsecretarías y se extenderá a nivel regional con seremis y departamentos provinciales de Seguridad Pública. Sin embargo, la creación de esta nueva estructura no es un salvavidas mágico para la creciente ola de delincuencia en Chile, sino un intento más del Gobierno de responder a una demanda ciudadana en un contexto de incertidumbre y miedo generalizado.