La Fiscalía Centro Norte de Santiago ha cerrado la investigación contra los exarzobispos Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati, alegando la falta de suficientes pruebas desde 2021 para llevarlos a juicio por haber mentido en el caso Karadima. Esta decisión, sellada en una presentación en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, ha desatado una ola de cuestionamientos sobre la efectividad de la justicia chilena en casos de abuso eclesiástico.
El escándalo surgió a raíz de una denuncia presentada por el abogado Juan Pablo Hermosilla, quien representa a las víctimas Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo. Estos sobrevivientes, quienes ya habían obtenido una compensación económica tras ganar un juicio contra el Arzobispado, acusaron a Errázuriz de mentir al afirmar que la Iglesia había seguido las normas internas tras las denuncias.
Hermosilla presentó como evidencia un correo electrónico del exarzobispo donde solicitaba que su mensaje no fuera revelado ni guardado en los archivos de la Iglesia, evidenciando así la falta de transparencia de la institución. Es innegable que Karadima, quien fue acusado de horrendos abusos sexuales, nunca enfrentó un juicio penal debido a la prescripción de los delitos.
A pesar de que la justicia chilena no pudo condenar a Karadima, la jueza investigadora, Jéssica González, recopiló pruebas que confirmaron la existencia de abusos. La Conferencia Episcopal y el Arzobispado de Santiago no han querido emitir declaraciones sobre el cierre de la investigación, lo que pone en duda el compromiso de la Iglesia ante estos graves delitos.