En pleno corazón de Santiago Centro, un incendio en una casa habitación ubicada en la intersección de Catedral con Almirante Barroso puso en alerta a la comuna. Nueve compañías de Bomberos tuvieron que desplegarse para controlar las llamas, mientras la ciudad duerme bajo la ilusión de seguridad que prometen las autoridades.
¿Hasta cuándo tendremos que depender del heroísmo de los voluntarios para salvar nuestras vidas y bienes? El fuego fue controlado sin víctimas fatales ni heridos, pero no gracias a una planificación eficiente, sino al arduo trabajo de quienes siempre están al pie del cañón.
Mientras tanto, Bomberos sigue en el lugar, monitoreando puntos calientes para evitar un rebrote. Una escena repetida que refleja las falencias en prevención y preparación ante emergencias de nuestra sociedad.
