Investigadores de la Universidad de Concepción encendieron las alarmas: sensores en la Fosa de Atacama revelan una acumulación de energía sísmica capaz de generar un megaterremoto. Los datos de la expedición IDOOS confirman deformaciones en el fondo oceánico frente a Taltal, una “laguna sísmica” que no libera tensión desde hace siglos.
Marcos Moreno, geólogo del IMO, sentenció: “Un sismo de 8.0 a 8.5 grados es inminente”. El peligro no solo está en tierra: la ruptura submarina podría desatar tsunamis devastadores. Pese a la instalación de tecnología de monitoreo, expertos cuestionan si las medidas preventivas bastarán para enfrentar esta bomba de tiempo geológica.