El escándalo en Viña 2025 escaló tras el live explosivo de George Harris, donde acusó al público chileno de xenofobia y cuestionó el carácter internacional del festival. Alex Hernández, director del certamen, cambió radicalmente su postura: “Intenté tener códigos con él, pero lo que hizo es de muy mal gusto”.
El humorista venezolano insistió en un supuesto boicot, afirmando: “Desde antes de subir al escenario hubo discriminación”. Hernández desmintió categórico: “Tenemos grandes artistas internacionales confirmados. Está muy equivocado”.
“No se puede usar el discurso de la xenofobia para tapar fracasos propios”, sentenció crítico un colaborador del evento.
La tensión revela grietas en cómo se gestionan las diferencias culturales en espectáculos masivos. ¿Simple choque de egos o síntoma de problemas más profundos?