Juan Pablo López, el ingeniero que cambió cifras por chascarros, volvió a coronarse en la Quinta Vergara. Con un humor ácido y críticas directas al gobierno de Boric, el cómico convirtió su show en el ‘peak’ de sintonía de la edición 64° del festival. Desde su desastroso inglés post-Incubus hasta los peligros de Yungay, López descargó una batería de observaciones que retratan la ironía de ser chileno.
El exbanquero, hoy dueño de dos Gaviotas, no perdonó ni a los turistas perdidos en San Antonio ni a las eternas reuniones de apoderados. ‘Boric quiere seguridad, pero en Yungay hasta los pacos piden Uber’, soltó entre risas, demostrando por qué su sátira social cala hondo en un país que ríe para no llorar.