La Federación Turca de Fútbol descargó todo su rigor contra José Mourinho: 4 partidos de suspensión y 42.500 euros de multa por conducta antideportiva y ‘declaraciones insultantes’ tras el clásico ante Galatasaray. Pero el escándalo escala: el club rival lo acusa de racismo por comparar a sus jugadores con ‘monos’ durante las protestas arbitrales.
Galatasaray, líder de la Superliga con 64 puntos, anunció acciones legales ante UEFA y FIFA. ‘Sus palabras no son solo inmorales, son inhumanas’, denunciaron en un comunicado incendiario. Mientras, el entrenador rival Okan Buruk recibió un castigo menor: 1 partido y 40.000 euros. ¿Doble estándar o justicia deportiva selectiva? Mourinho vuelve a ser polémica… y esta vez podría costarle más que unos partidos en el banquillo.
