El Consejo de Defensa del Estado (CDE) ha interpuesto una querella criminal contra cuatro funcionarios del Ejército de Chile, en conexión con la trágica muerte del conscripto Franco Vargas, quien perdió la vida el 27 de abril de 2024 durante una marcha en Putre. La acción judicial se centra en cargos de apremios ilegítimos y otras graves infracciones cometidas por los militares involucrados.
Los efectivos implicados en esta investigación son el comandante Claudio Guajardo, el capitán Michael Fritz, el teniente Bjorn Wohllk y el enfermero militar Manuel Zambrano. Según la querella presentada, estos funcionarios forzaron a Vargas a marchar, ignorando su visible estado de deterioro físico y desatendiendo su salud sin tomar medidas médicas adecuadas, lo que resultó fatal.
Además, se han aportado detalles escalofriantes sobre episodios previos al incidente. El teniente Wohllk habría impuesto castigos físicos indebidos a conscriptos que no cantaban correctamente el himno militar, provocando entre ellos desmayos y crisis de pánico.
Por otra parte, las condiciones insalubres del cuartel de Pacollo, donde residían los soldados, han sido expuestas. El lugar mostró serias deficiencias de higiene, con presencia de excrementos de roedores, techos dañados y utensilios de cocina que se limpiaban con agua estancada.
A pesar de que Vargas y otros conscriptos expresaron su preocupación por su salud días antes de la marcha, estas advertencias fueron desestimadas por el enfermero Zambrano y el capitán Fritz, permitiendo la participación del joven en la actividad.
Durante la marcha, Vargas se desplomó en dos ocasiones, y pese a ello, según consta en la querella, el capitán Fritz lo acusó de exagerar los síntomas y le ordenó proseguir. La carencia de vehículos de emergencia y equipos médicos adecuados impidió la debida atención. Finalmente, Vargas falleció a causa de una miocarditis viral.