El trágico fallecimiento de Luis Godoy Mendoza el pasado 17 de abril, mientras trabajaba en el centro de cultivo “Elena Weste” de la empresa Blumar, ha desatado una serie de interrogantes sobre las condiciones laborales en la industria salmonera en Chile. Godoy, un buzo mariscador cuya muerte fue atribuida a una embolia gaseosa, era empleado de la Sociedad de Servicios Aerocam, subcontratista de Blumar.
La familia del trabajador ha presentado una querella para determinar con exactitud las causas del deceso. Entre sus demandas se encuentra la citación de los representantes de Blumar y Aerocam, así como los responsables de prevención de riesgos. El abogado Víctor Álvarez enfatiza la necesidad de investigar la operatividad de una cámara de descompresión en el sitio y su proximidad al lugar del accidente.
El Centro Ecoceanos ha registrado que, desde 2013 hasta abril de este año, un total de 80 trabajadores han perdido la vida en la industria salmonera de Chile. Este lamentable incidente se enmarca en el contexto de un promedio anual de 300 muertes por accidentes laborales en el país.
Claudia Urrutia, vocera de las familias afectadas por otro caso vinculado a Blumar, el naufragio de la lancha Bruma, manifestó su inquietud sobre la repetición de eventos similares en distintas operaciones de la empresa. Su preocupación radica en la aparente ausencia de investigaciones exhaustivas y transparencia en cuanto al manejo de los incidentes.
Mientras la justicia avanza, la familia de Godoy exige respuestas y justicia. Este caso reaviva el debate sobre las prácticas laborales en la industria salmonera, una de las más lucrativas del país, pero también una de las más cuestionadas por su manejo de la seguridad y el bienestar de sus trabajadores.
