La reciente ronda de negociaciones entre Ucrania y Rusia ha generado una serie de expectativas en torno a la posible resolución del conflicto que se ha extendido desde febrero de 2022. Aunque no se prevé un acuerdo inmediato, los diálogos continúan en un clima de cauteloso optimismo, según declaraciones de Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin.
En las discusiones sostenidas en Estambul, ambas naciones intercambiaron memorandos que delinean sus requisitos y esperanzas para poner fin a la guerra. Peskov destacó que, aunque se han alcanzado ciertos acuerdos preliminares —particularmente en términos de intercambios de prisioneros—, el camino hacia la paz está lleno de obstáculos complejos que requieren tiempo para resolverse.
Un punto crucial en las exigencias rusas es el reconocimiento por parte de Ucrania de Crimea, Donetsk, Zaporiyia, Lugansk y Jersón como territorios rusos. Además, se considera esencial la realización de nuevas elecciones en Ucrania y la reducción del ejército ucraniano para mitigar las percepciones de amenaza por parte de Rusia.
Por su parte, Ucrania ha puesto sobre la mesa la problemática de los niños secuestrados, a lo que Rusia ha respondido prometiendo estudiar el asunto. En este marco, se ha acordado efectuar treguas de corta duración en zonas conflictivas específicas, así como el intercambio de soldados gravemente heridos o enfermos, en un intento por mostrar gestos de buena voluntad.
Las expectativas están puestas en una nueva reunión a finales de mes también en Estambul, donde se espera que se puedan dar pasos más concretos hacia la desescalada del conflicto.
