La Universidad de Chile ha tomado medidas firmes tras identificar presuntas irregularidades en el uso de licencias médicas por parte de 209 de sus funcionarios. Esta decisión sigue a un exhaustivo informe de la Contraloría General, que reveló que varios empleados estaban fuera del país mientras se encontraban con licencia médica. Ante estas revelaciones, la institución decidió llevar a cabo una investigación interna.
El examen fue liderado por la Oficina de la Prorrectoría, junto con la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y la Dirección Jurídica. En esta revisión, se descartaron los casos de trabajadores que ya no pertenecen a la institución o cuyos datos aparecían duplicados. Sin embargo, tras el análisis, se constató que las conductas de 209 personas podrían ser consideradas como “uso indebido de licencias médicas”.
Ante esta situación, la universidad procedió a instruir la apertura de sumarios administrativos para los implicados. “Se instruyó el jueves la apertura de sumarios administrativos respecto de estos funcionarios”, señalaba la declaración oficial de la casa de estudios. Estos procedimientos tienen como objetivo esclarecer las responsabilidades individuales y podrían conllevar sanciones en línea con el estatuto administrativo y las normas internas de la universidad.