La Franja de Gaza ha sido descrita como “el lugar más hambriento del mundo” por la ONU, con toda la población en riesgo de hambruna, según Jens Laerke de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios. A pesar de contar con la autorización para que 900 camiones de ayuda humanitaria crucen la frontera, solo 600 han logrado hacerlo debido a las complejidades del operativo y las restricciones de seguridad. Además, una parte de la ayuda ha sido saqueada por individuos armados, lo que agrava aún más la situación.
El gobierno israelí ha rechazado estas afirmaciones, calificando a la ONU de manipular los hechos para demonizar a Israel. Mientras tanto, se han realizado esfuerzos para negociar un cese al fuego con Hamas, aunque no han tenido éxito debido a discrepancias sobre las demandas de desarme y retirada de tropas.
Israel insiste en que Hamas debe desarmarse y liberar a los rehenes antes de cualquier acuerdo. Sin embargo, el miedo a que Hamas reconstruya su infraestructura militar y vuelva a atacar ha mantenido la resistencia israelí a un cese al fuego indefinido. Las tensiones políticas internas en Israel también juegan un rol crucial, con figuras como el ministro de seguridad Itamar Ben-Gvir presionando por una ofensiva total contra Hamas.
En paralelo, la comunidad internacional, incluida Francia, ha criticado la postura israelí y ha llamado a garantizar el respeto a los derechos humanos y la ayuda humanitaria. La escalada bélica continúa, con miles de vidas palestinas perdidas, mientras la lucha por el control y la supervivencia en Gaza se agrava con cada día que pasa.