Por Claudia Molina B.| Factos Derechos Humanos
Hoy, jueves 29 de mayo, Amnistía Internacional y la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional inauguraron una placa conmemorativa en el espacio de memoria Escotilla 8 del Estadio Nacional, en homenaje al concierto internacional “Desde Chile… un abrazo a la esperanza”, realizado en octubre de 1990. Más que un evento artístico, este concierto fue una manifestación histórica de esperanza, justicia y dignidad en un país que comenzaba a salir de las sombras de una dictadura de 17 años.
El recital —el primero de carácter internacional tras el retorno a la democracia— reunió a más de cien mil personas y contó con la participación de artistas como Inti-Illimani, Congreso, Sting, Sinéad O’Connor, Peter Gabriel, Rubén Blades, entre otros. Fue un momento profundamente simbólico: miles de personas se congregaron en un recinto que, durante la dictadura, había sido centro de detención, tortura y muerte. La música y la memoria se unieron para recordar a las víctimas, reivindicar los derechos humanos y marcar el inicio de una nueva etapa en la historia de Chile.
El acto de hoy no sólo honró a quienes participaron en aquel concierto, sino también afirma el compromiso permanente con la verdad, la justicia y la no repetición. La Escotilla 8, por donde entraban las y los detenidos al Estadio Nacional, se transforma así en un espacio de resistencia simbólica. Como lo expresó el presidente de la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional, Marcelo Acevedo Vallejos, “la memoria no responde al calendario, persiste porque es necesaria. Sin memoria, no hay justicia”.
El evento contó con la presencia de víctimas, familiares de detenidos desaparecidos, artistas, representantes de organizaciones de derechos humanos y autoridades. La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) estuvo presente, recordando cómo en 1990 subieron al escenario para bailar la ‘cueca sola’, símbolo de duelo y resistencia. Sting, con su canción “They Dance Alone”, ya había dedicado un homenaje a esas mujeres, reafirmando que la música puede ser un acto político y humanitario.
En un contexto actual marcado por discursos negacionistas y retrocesos democráticos, esta placa se instala como una advertencia contra el olvido y como una herramienta de educación y conciencia. “Cuidar y dignificar los sitios de memoria es hoy más urgente que nunca”, afirmó Rodrigo Bustos Bottai, director de Amnistía Internacional Chile, subrayando que la democracia se defiende cada día, con memoria activa y compromiso ciudadano.
