En un ambiente de expectación ante la última Cuenta Pública que ofrecerá el Presidente Gabriel Boric, las recientes decisiones del Ejecutivo han generado debate al interior del oficialismo. La presentación del proyecto de ley sobre aborto legal y la controversia de retirar a los agregados militares chilenos en Israel han provocado críticas y llamados a una mayor cohesión política.
El senador socialista Juan Luis Castro manifestó su preocupación por lo que considera un “desorden” en el oficialismo, señalando que tales decisiones no han sido discutidas adecuadamente con las fuerzas de Gobierno en el Congreso. Castro aseguró que, aunque no cree que esto rompa el bloque oficialista, sí puede provocar divisiones internas que deberían ser evitadas mediante un diálogo más fluido.
El Gobierno ha descartado romper relaciones diplomáticas con Israel, aludiendo a los riesgos de alterar las relaciones con Estados Unidos. Sin embargo, figuras de la bancada oficialista, como el senador PPD Jaime Quintana y el diputado de Acción Humanista Tomás Hirsch, han expresado su desacuerdo con el retiro de los agregados militares.
En paralelo, voces como la del exsubsecretario de Fuerzas Armadas, Gabriel Gaspar, resaltan la necesidad de alcanzar consensos amplios en temas de Estado para mantener políticas fuertes y duraderas, haciendo una analogía con el cambio de postura de Argentina respecto a su situación en los BRICS.
El exalcalde de Recoleta, Daniel Jadue, avivó el debate al tildar de “sionista” al canciller Alberto van Klaveren, lo que ocasionó una defensa del ministro del Interior, Álvaro Elizalde, al papel del canciller.
Estas discrepancias evidencian las tensiones dentro del oficialismo en un momento crucial para el Gobierno de Boric.