El reciente anuncio del Gobierno de Israel sobre la autorización para construir 22 nuevos asentamientos en Cisjordania ha generado una oleada de críticas a nivel internacional. Esta decisión, confirmada por el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, incluye además la renovación de asentamientos en el norte de Samaria y la expansión del Bulevar Oriental.
La medida es considerada la más significativa desde los Acuerdos de Oslo de 1993 y está siendo fuertemente cuestionada por violar el derecho internacional. Los asentamientos israelíes en territorios palestinos han sido un tema de constante controversia y conflicto, pues según la legislación internacional, son considerados ilegales.
El impacto de esta decisión no solo afecta las relaciones entre Israel y Palestina, sino que también tensa las relaciones de Israel con varios actores internacionales que promueven una solución pacífica y diplomática al conflicto en la región. La ampliación de asentamientos podría complicar aún más las perspectivas de una solución de dos Estados, algo que diversas naciones han intentado mediar sin éxito durante años.
