Por Claudia Molina B.| Factos Reportajes
Un peligroso enemigo invisible continúa rondando los pasillos del Hospital El Carmen (HEC) de Maipú. Mientras se ejecutan trabajos de climatización y mantenimiento en áreas críticas del recinto, el riesgo de exposición al hongo Aspergillus fumigatus, un patógeno potencialmente letal para pacientes inmunocomprometidos, se mantiene vivo y contagiando a más pacientes.
La alerta se encendió con fuerza tras el fallecimiento de una paciente identificada como M.V.S.P., quien permanecía internada en la Unidad de Paciente Crítico Adulto (UPC) desde el 19 de abril pasado debido a un cáncer de colon avanzado. Problemas respiratorios graves obligaron a conectarla a ventilación mecánica y el 9 de mayo se le realizó un cultivo de aspirado endotraqueal que reveló la presencia de Aspergillus fumigatus. La mujer falleció el 13 de mayo. Lea el reportaje anterior aquí bit.ly/4k9T1Bp
Aunque una revisión clínica interna intentó desvincular la muerte de las obras en curso, la revelación generó honda preocupación: la paciente estuvo expuesta a múltiples servicios hospitalarios (SEA, MED, UTI, UCI), todos en ejecución de obras sin cierres sanitarios adecuados.
Dos nuevos casos en la UCI y autoridades omiten activar protocolos
La gravedad del brote parece agudizarse. En las últimas horas se confirmó que dos pacientes adicionales se encuentran internados en la UCI con el mismo cuadro clínico asociado a infección por Aspergillus fumigatus. Uno de los casos ya fue confirmado mediante examen microbiológico, mientras que el otro permanece en estudio, aunque presenta todos los síntomas compatibles con la infección intrahospitalaria.
Pese a este nuevo y preocupante escenario, pues, la directora (s), Mellado, ni la Coordinadora de Unidades Críticas, Fabiola Robles, ni la subdirectora de Gestión del Cuidado, María Teresa Mozó, han informado a las autoridades sanitarias, lo que impide que se activen los protocolos establecidos en estos casos, como la paralización de obras o el cierre preventivo de servicios contaminados. Esto de acuerdo al Decreto 60 de la Norma Técnica N°255, donde instruye las medidas que deben adoptar los especialistas en materia de Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (IAAS), es decir, a infecciones que un paciente adquiere durante su estancia o atención en un centro sanitario y que no estaban presentes en el momento de su ingreso.
“Esto es una negligencia institucional gravísima. Al no notificar, se está ocultando el brote y se expone a más pacientes vulnerables”, advirtió una fuente interna del hospital, en exclusiva para Factos
UCI reabierta sin recepción final
Es necesario recordar que la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del HEC permaneció cerrada desde el 20 de marzo de 2025 debido a una remodelación y ampliación. El hospital anunció que la reapertura ocurriría el 15 de mayo de 2025, sin embargo, la concesionaria responsable de las obras siempre sostuvo que los trabajos concluirían en junio.
Pese a las observaciones técnicas pendientes y sin que existiera una recepción final de obras, la directora subrogante del hospital, Patricia Mellado, decidió abrir anticipadamente la UCI de manera unilateral. Esta acción excluye al proyecto de eventuales sanciones contractuales, ya que no existe formalmente una entrega certificada del recinto.
Fuentes cercanas al proceso aseguran que se priorizó la reapertura para cumplir con los plazos de la Cuenta Pública de la dirección, ignorando recomendaciones de seguridad entregadas por la concesionaria.
Riesgo letal para pacientes inmunodeprimidos
Aspergillus fumigatus es un hongo común en ambientes interiores y exteriores, pero en contextos hospitalarios puede transformarse en un asesino silencioso. Las esporas microscópicas que libera se esparcen con facilidad en el aire durante trabajos de construcción y pueden ser inhaladas por pacientes con sistemas inmunes debilitados, provocando aspergilosis invasiva, una infección pulmonar de alta letalidad.
“La dispersión de esporas en un hospital sin filtros HEPA, sin aislamiento ambiental y sin protocolos estrictos es una bomba de tiempo. Los pacientes críticos pueden morir en días”, advierte un médico internista del HEC.
Fallas estructurales en los protocolos de prevención
Funcionarios del hospital denuncian que las obras se han ejecutado sin respetar los estándares de bioseguridad exigidos: no hay cierres sanitarios efectivos, no se usan filtros de presión negativa ni se ha restringido el tránsito en zonas afectadas. La exposición compromete áreas sensibles como Imagenología, Medicina, Pabellón y la UCI.
“Estamos viendo polvo en suspensión, sin barreras protectoras, con pacientes y trabajadores expuestos. Esto es una falta de respeto a la salud y a la vida humana”, indicó una funcionaria con años de experiencia en el recinto.
Silencio institucional persiste
En medio del creciente temor, las críticas se dirigen nuevamente a Patricia Mellado, a quien se acusa de minimizar la situación para proteger su gestión. Fuentes internas aseguran que presionó para cerrar el caso de la primera paciente fallecida sin realizar una auditoría ambiental independiente ni autopsia clínica.
“Lo que importa es que el hospital se vea funcionando para la Cuenta Pública. Las muertes y las infecciones se tratan como un costo menor”, lamenta un funcionario administrativo.
Comunidad exige acción inmediata
La Organización Social (ANCOSALUD) junto a gremios hospitalarios y vecinos de Maipú-Cerrillos ya exigieron al Ministerio de Salud y a la Superintendencia de Salud una intervención urgente, incluyendo:
- Auditoría técnica y sanitaria externa.
- Evaluación clínica retrospectiva de todos los pacientes críticos expuestos.
- Cierre inmediato de zonas contaminadas.
- Implementación de filtros HEPA y aislamiento ambiental efectivo.
- Sanciones administrativas por omisión de protocolos.
- Transparencia total hacia la comunidad.
Salud pública en riesgo
Lo que ocurre hoy en el Hospital El Carmen es un síntoma grave de una gestión que prioriza lo político por sobre lo sanitario. La reactivación prematura de la UCI, la omisión de protocolos y el silencio de autoridades internas frente a nuevos contagios, configuran un cuadro crítico que pone en peligro la vida de decenas de pacientes.
La comunidad sigue en alerta. Porque la salud pública no se construye con cemento ni con cifras para una cuenta pública, sino con prevención, responsabilidad y respeto por la vida. ¿Cuántos pacientes más deberán enfermar –o morir– antes de que se actúe con la seriedad que esta crisis amerita?