Recientemente, el gobierno ruso tomó la decisión de clasificar a Amnistía Internacional (AI) como una “organización indeseable” dentro de su territorio, prohibiendo así sus actividades. Según las autoridades rusas, la ONG británica es acusada de alimentar la “rusofobia” y de apoyar a Ucrania en el conflicto vigente. El Fiscal General de Rusia argumentó que la sede londinense de AI está involucrada en promover proyectos globales con un enfoque contrario a Rusia.
El cierre de la oficina de Amnistía Internacional en Moscú no es una novedad, ya que en abril de 2022 las autoridades la clausuraron por supuestas “infracciones de la legislación local”. Además, el acceso a la web de AI en ruso ha sido bloqueado por Roskomnadzor, el regulador de comunicaciones del país.
En el informe más reciente de la organización sobre 2024, AI subrayaba el creciente endurecimiento de la represión en Rusia, en particular contra quienes disienten del gobierno. Las leyes relacionadas con el conflicto con Ucrania han conllevado la condena de 171 personas, y se han iniciado casi un centenar de nuevos juicios. Además, 114 casos han sido abiertos bajo la ley antiterrorista simplemente por la expresión de opiniones.
La lista de restricciones impuestas por Rusia en el marco de esta ley también incluye la declaración de agente extranjero a 169 organizaciones y personas, y la consideración de “indeseables” para 65 grupos adicionales.
