Por Claudia Molina B.
En un hecho que ha llamado profundamente la atención en el mundo político y sanitario de la Región de Aysén, la seremi de Salud, Carmen Gloria Monsalve, presentó su renuncia al cargo en las últimas horas, aduciendo únicamente “razones personales”. Sin embargo, la falta de antecedentes públicos y la escueta explicación oficial han despertado suspicacias sobre los verdaderos motivos detrás de su alejamiento.
La renuncia resulta, como mínimo, curiosa, pues ocurre en medio de una serie de investigaciones periodísticas y judiciales que involucran a la empresa Transportes Aéreos San Rafael, acusada de irregularidades en contratos millonarios de traslados aeromédicos durante la pandemia. Y el nexo familiar no pasa desapercibido: Marcos Saldivia, cuñado de Monsalve, ha sido señalado como uno de los principales colaboradores del cuestionado empresario Fredy Meyer, dueño de la mencionada compañía.
Cabe recordar que Transportes San Rafael ha sido objeto de controversia por posibles contratos adjudicados pese a incumplimientos técnicos, vuelos innecesarios con cargo fiscal y, más recientemente, por impugnar judicialmente una licitación que le fue desfavorable. Saldivia, quien habría operado como “lugarteniente” de Meyer en la región, figura en el entorno más estrecho del empresario investigado.
En este contexto, surgen interrogantes legítimas: ¿La renuncia de Carmen Gloria Monsalve es realmente por motivos personales o está relacionada con la investigación en curso y los vínculos de su entorno familiar con la empresa involucrada?
Actualmente, María Soledad Acevedo, quien ha sido mencionada en el mismo círculo institucional, se desempeña como jefa del Departamento de Apoyo a la Gestión en la Seremi de Salud de Aysén.
La falta de transparencia sobre los motivos reales de la salida de Monsalve, sumada al contexto de eventuales conflictos de interés, deja abierta una inquietante pregunta sobre la integridad de las decisiones que se toman en la institucionalidad sanitaria regional.
