Un controvertido taller de danza ha generado un acalorado debate en el ámbito cultural y político chileno, provocando la intervención de diputados de Renovación Nacional, quienes han solicitado una auditoría a la Contraloría para revisar el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras. La controversia gira en torno a un taller denominado “Prácticas de Culo”, organizado por Espacio Vitrina, una sala de arte beneficiaria del programa, que incorporó elementos de twerk y funk brasileño con un enfoque descolonial.
Para los parlamentarios de Renovación Nacional, la realización de este tipo de talleres supone un uso cuestionable de los fondos públicos destinados al financiamiento cultural, lo que ha motivado su petición de transparencia y claridad en cómo se adjudican y utilizan estos recursos. El debate pone de manifiesto las tensiones sobre las prioridades culturales y el uso del dinero público en proyectos artísticos que pueden desafiar el canon tradicional.
Esta situación destaca la necesidad de un diálogo más amplio en torno a qué se considera una inversión cultural legítima y cómo los programas culturales pueden reflejar y contribuir a la diversidad y dinamismo del arte contemporáneo en Chile.