En un giro crucial para la investigación del naufragio de la lancha Bruma, el buque Cobra ha sido trasladado al dique seco en las instalaciones de Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR) en Talcahuano. Este movimiento marca el inicio de peritajes detallados en el buque, sospechoso de estar implicado en el accidente.
La investigación adquiere un nuevo matiz con la reciente ruptura del presunto pacto de silencio que mantenían los 17 tripulantes del Cobra. Según información de Radio ADN, uno de los marineros ha confesado que durante la madrugada del 30 de marzo, el Cobra habría registrado un impacto, lo cual coincidió con el momento del naufragio del Bruma.
La presión pública y los llamamientos de las familias de los siete pescadores desaparecidos han sido instrumentos claves para impulsar estas confesiones. En abril, las familias difundieron una carta instando a los tripulantes del Cobra a revelarlo todo. La misiva expresó su preocupación sobre una sospechosa reunión previa en las oficinas de Blumar, la empresa propietaria del buque, lo que se sospecha pudo ser un intento de silenciar a la tripulación.
Actualmente, los peritajes se centran en buscar evidencia biológica a bordo del Cobra, proceso que podría extenderse durante varios días. Este desarrollo es un avance significativo en una investigación que ha captado la atención del país, y se espera que los resultados proporcionen mayor claridad sobre lo ocurrido aquella fatídica noche.