La trama de corrupción y narcotráfico que sacude a Los Ángeles ha dado un giro inesperado al revelarse la implicación del suspendido fiscal adjunto Rodrigo Durán Fuica en la filtración de información vital a una red delictiva. La defensa de los acusados, entre ellos el sicario venezolano Moisés Bastardo Bastardo, estaba a cargo de la abogada Andrea Romero Jara, esposa de Durán.
El fiscal Durán está siendo investigado por la fiscal regional de Ñuble, Nayalet Mansilla Donoso, bajo acusaciones de entregar datos sensibles de casos a la defensa de peligrosos narcotraficantes. Entre los involucrados se encuentran Cristián Erices González, Luis Corvalán Nova y Felipe Ortiz Bórquez, ligados a la banda de Los Corbata.
Una investigación detalla cómo la letrada Susana Cortés Karmy, colaboradora de Romero, alertó a un capo narco sobre la vigilancia policial, mientras que Durán utilizaba herramientas internas del Ministerio Público para facilitar información a su esposa respecto a arrestos y medidas cautelares.
Los intentos de colaboración eficaz con la fiscal fueron fallidos, lo que generó preocupación en la defensa encabezada por Romero. La situación legal del fiscal Durán se ha agravado tras presentarse recursos legales argumentando actitudes inquisitivas y filtraciones de información por parte de la fiscalía regional, que Durán califica como una persecución injusta.
El escándalo deja al descubierto las redes de complicidad y corrupción dentro del sistema judicial de Los Ángeles, poniendo en evidencia la necesidad de reformas profundas para asegurar la integridad de las instituciones encargadas de la justicia.
