A principios de diciembre, la Brigada de Operaciones Especiales Lautaro fue escenario de una sorpresa: un camión Mercedes-Benz no logró superar una prueba crucial en una licitación del Ejército. Este revés favoreció aparentemente a Tata Advanced System Limited, cuyos camiones sí lograron cumplir los requisitos.
No obstante, la alegría fue efímera para Tata cuando en marzo se les notificó que su oferta había sido declarada inadmisible debido a la falta de traducción de un documento al español, un error que según las bases no era excluyente. A Salinas y Fabres S.A. (Salfa) también le ocurrió algo similar por otro documento faltante.
Esto ha levantado sospechas sobre un posible favoritismo hacia la empresa Kaufmann, representante de los camiones Mercedes-Benz. Fuentes internas sugieren que hay presiones desde las altas esferas del Ejército para asegurar que Kaufmann gane la licitación. Esta situación ha generado un clima de tensión en la División de Adquisiciones del Ejército (DIVAE), con varios funcionarios solicitando licencias psiquiátricas o dejando la institución.
La Contraloría ya había advertido al Ejército en 2019 sobre no realizar compras directas, lo que llevó a abrir licitaciones. Sin embargo, cambios en los criterios de evaluación en la nueva licitación de 2024, que aumentaron la importancia de los aspectos administrativos, han sido criticados por ser inusuales.
En paralelo, el Presidente Gabriel Boric se reunió con Tata en India, buscando fortalecer lazos comerciales. Desde la organización india, han mostrado descontento con el proceso y su CEO canceló un viaje a Chile ya que sus solicitudes de reunión fueron rechazadas.
Se espera que los recursos presentados por Tata y Salfa sean resueltos en mayo, mientras que el Ministerio de Defensa ha iniciado una auditoría sobre estas licitaciones.