Este viernes, el ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, anunció la suspensión del esperado Superclásico entre Colo Colo y Universidad de Chile, programado para este domingo en el Estadio Monumental. La medida surge tras la muerte de dos personas como consecuencia de los violentos incidentes ocurridos durante la previa del partido entre Colo Colo y Fortaleza por la Copa Libertadores.
“La violencia no puede seguir cobrando víctimas en el fútbol”, enfatizó Cordero, quien subrayó que la decisión se tomó para garantizar la seguridad de los asistentes y el entorno del espectáculo deportivo. “El fútbol no admite ninguna víctima más”, declaró, dejando claro que la situación ha superado todos los límites.
Además, el ministro reveló que uno de los funcionarios de Carabineros que participó en el operativo del jueves ha sido imputado por su posible implicación en los trágicos hechos que llevaron al fallecimiento de un niño de 12 años y una joven de 18.
“Se tomó declaración al carabinero imputado y a otros dos en calidad de testigos. También se ha instruido un sumario administrativo”, detalló Cordero. Este Carabinero en cuestión operaba el vehículo lanzagases Sandcat, que según testigos y comunicación interna, estuvo involucrado en el incidente, que dejó a las víctimas atrapadas tras el colapso de una reja perimetral.
El registro radial interno de Carabineros ha revelado detalles preocupantes sobre el acontecimiento trágico. Un funcionario indicó que los afectados no fueron atropellados por el vehículo Sandcat, sino que al caer la reja, el vehículo aplastó la estructura en la que quedaron atrapados.
La investigación continúa en curso y el Ministerio Público está llevando a cabo diligencias para esclarecer todo lo sucedido. Mientras tanto, el Superclásico queda en suspenso y los debates sobre los protocolos de seguridad en eventos deportivos se intensifican, resaltando la compleja responsabilidad que recae sobre clubes, organizadores y fuerzas del orden.