El jefe de la diplomacia iraní, Abás Araqchi, ha llegado a Omán para entablar conversaciones cruciales con Estados Unidos sobre el programa nuclear de Teherán. Este encuentro marca la primera vez desde 2018 que ambos países se reúnen para abordar este espinoso asunto, tras la decisión de Donald Trump de retirar a EE.UU. del acuerdo nuclear firmado en 2015.
La urgencia de estas negociaciones se centra en la creciente amenaza que representa el enriquecimiento de uranio de Irán, que se está aproximando a niveles críticos para la fabricación de un arma nuclear. Washington, a su vez, ha sido claro en su postura: Trump ha advertido que, de no alcanzarse un acuerdo favorable, la opción militar sigue sobre la mesa.
Por parte de Estados Unidos, las delegaciones han sido encabezadas por Steve Witkoff, el emisario designado por Trump para los asuntos del Medio Oriente. La elección de Omán como sede para estas conversaciones no es casual, ya que el país ha mantenido históricamente un papel de mediador en conflictos regionales.
Mientras los líderes mundiales observan atentamente, el mundo está a la expectativa de un nuevo avance en este proceso diplomático. La posibilidad de un nuevo acuerdo que sustituya al tratado de 2015 podría redefinir las relaciones internacionales y marcar un punto de inflexión en la política nuclear global.
