Este sábado, el presidente Gabriel Boric dio un nuevo golpe en su afán de mantener el control político al nombrar a Víctor Ramos, miembro del Frente Amplio, como subsecretario del Interior. La designación ha generado un torrente de críticas por parte de la oposición, que no ha tardado en recordar antiguos tuits de Ramos que evidencian su postura crítica hacia diversas instituciones del país.
Víctor Ramos, un psicólogo que ha estado al frente de la Comisión para la Paz, ahora tendrá la difícil tarea de liderar la coordinación política desde una de las carteras más complejas del gobierno. La UDI ha cuestionado abiertamente su nombramiento, argumentando que su pasado pone en duda su capacidad para manejar un cargo que, según ellos, está desgastado.
Por otro lado, Renovación Nacional (RN) se suma al coro de críticas, sosteniendo que el rol se ha convertido en una mera figura simbólica. La derecha se muestra dividida: algunos ven en esta elección una oportunidad para abrir nichos de diálogo, mientras que otros la consideran un error garrafal de la administración Boric.
En contraste, el Frente Amplio ha defendido con fervor la elección de Ramos, subrayando su experiencia y dedicación en La Araucanía. La ministra a cargo no ha dudado en destacar su compromiso con la paz y la seguridad en una región tan golpeada por la violencia y la disputa territorial.
Es evidente que este nombramiento, lejos de silenciar las diferencias políticas, ha reavivado las llamas del debate al interior del gobierno y ha puesto nuevamente sobre la mesa los desafíos de un país que aún busca su camino entre las críticas y las promesas de cambio.