El pasado viernes, un camión de retroexcavadora se convirtió en el protagonista de un insólito incidente en la comuna de San Miguel, Región Metropolitana. El vehículo, mientras realizaba trabajos en la zona, derribó cinco postes de alumbrado, dejando a 30 viviendas sin suministro eléctrico y afectando el servicio de telecomunicaciones e internet.
Los vecinos no se han quedado callados y han comenzado a levantar la voz sobre una problemática subyacente: la acumulación de cables obsoletos en los postes. Este desorden, según residentes, fue un factor que facilitó el enganche de la retroexcavadora, generando no solo un caos momentáneo, sino un grave peligro a largo plazo.
El concejal Garrido ha reportado que este tipo de incidentes no son aislados. Los problemas de choques y cortes eléctricos son recurrentes en la zona, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de la gestión de la infraestructura eléctrica por parte de las autoridades. Sin embargo, la crítica más fuerte proviene de los propios afectados, quienes denuncian la falta de compensaciones y la lentitud en las reparaciones, lo que les hace sentir desamparados ante un escenario que debería ser atendido de forma prioritaria.
Este episodio en San Miguel es solo un ejemplo de una problemática más amplia que afecta a diversas comunas del país, donde la falta de atención y planificación en la infraestructura ha llevado a situaciones que ponen en riesgo no solo la comodidad, sino también la seguridad de los ciudadanos.