Baris Ratkevicius, el teniente coronel de Carabineros, ha sido removido de su cargo tras el escándalo desatado por su nombramiento como encargado del control fronterizo en Iquique, a solo un año de haber dado positivo en un test de cocaína. Este hecho fue revelado por Interferencia, y rápidamente captó la atención de varios medios, generando un gran revuelo dentro del gobierno.
A pesar de la controversia, Carabineros se ha limitado a ofrecer escasas explicaciones, afirmando que los traslados responden a criterios operativos. Sin embargo, la situación se torna compleja dado que aún se encuentra en curso un sumario administrativo desde que Ratkevicius resultó positivo en su test.
La senadora Luz Ebensperger (UDI) sugirió que el resultado podría haber sido influenciado por un tratamiento dental, información que ha alimentado el debate. Aclaró que el caso fue derivado a la Fiscalía Militar, que decidió sobreseerlo sin presentar cargos, pero la falta de claridad en el proceso ha dejado a muchos cuestionándose sobre la integridad de las decisiones en Carabineros.
El hecho de que un carabinero con un pasado problemático sea asignado a un rol tan crucial en la frontera, donde se conoce el tránsito de drogas, pone en entredicho la eficacia y transparencia de la institución. La falta de respuestas claras por parte de Carabineros alimenta la desconfianza en una institución que ya enfrenta críticas por otros incidentes. Mientras el sumario sigue su curso, queda la duda de cuál será el futuro de Ratkevicius y qué medidas se tomarán para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.
