Después de disfrutar de unas vacaciones en el impresionante sur de Chile, Claudia Ramírez y su familia se dejaron llevar por la emoción y decidieron invertir sus ahorros en terrenos ofrecidos por Inversiones Latam en 2020. Sin embargo, lo que parecía ser una decisión acertada se ha convertido en un verdadero calvario, ya que la entrega de las parcelas, prevista para 2023 y 2024, ha quedado en el aire.
A la fecha, un total de 143 personas han alzado la voz contra la compañía, denunciando la falta de avances en la construcción de caminos de acceso, así como graves incumplimientos contractuales y, sobre todo, la escasa respuesta por parte de la empresa a sus inquietudes. Esta situación ha llevado a los afectados a organizarse en grupos de WhatsApp, donde comparten sus experiencias y crónicas de lo que consideran una auténtica estafa.
Más allá del chisme vecinal, algunos decidieron tomar cartas en el asunto y emprender un viaje a los terrenos para verificar la situación de primera mano. La gravedad del asunto ha llegado al punto de que la Fiscalía ya está investigando las acusaciones de estafa. Por su parte, Inversiones Latam no ha permanecido de brazos cruzados, respondiendo con amenazas legales y ofreciendo depósitos parciales a los denunciantes, un movimiento que ha dejado más preguntas que respuestas.
Sin duda, un melodrama que pone de manifiesto las precauciones que deben tener los inversionistas, sobre todo en un país donde las promesas inmobiliarias pueden convertirse en pesadillas.
