El expresidente Jair Bolsonaro enfrenta serias acusaciones que lo podrían llevar a la cárcel, tras la decisión de una mayoría de jueces en el Supremo Tribunal Federal de Brasil de aprobar el juicio en su contra. Bolsonaro, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, está acusado de cinco delitos, entre los que se destaca un presunto intento de derrocar al Gobierno después de su derrota electoral en 2022.
El juez Alexandre de Moraes, encargado de supervisar el caso, mostró imágenes impactantes de los seguidores de Bolsonaro asaltando edificios gubernamentales, lo que ocurrió poco después de la llegada al poder de Luiz Inácio Lula da Silva en enero de 2023. Estas escenas de violencia son el telón de fondo de un caso que podría costarle a Bolsonaro más de dos décadas tras las rejas.
Entre las acusaciones más graves se incluye un supuesto intento de abolir violentamente el Estado democrático de derecho, así como la conspiración para un golpe de Estado. De Moraes argumenta que Bolsonaro lideró un esfuerzo sistemático para desacreditar las máquinas de votación electrónica, parte de su estrategia por cuestionar la legitimidad de las elecciones que perdió.
El juicio se produce en un contexto tenso, agravado por un mitin que Bolsonaro realizó en Río de Janeiro, donde esperaba al menos un millón de asistentes, pero la realidad fue mucho más modesta, con cifras que oscilan entre 20.000 y 30.000 participantes según encuestas. Además, a pesar de que el Tribunal Superior Electoral le prohíbe postularse a cargos públicos hasta 2030, el expresidente ha manifestado su intención de volver a las elecciones presidenciales el próximo año.
Con el futuro político de Bolsonaro pendiendo de un hilo y su popularidad en declive, el país observa cómo se desarrolla este complejo y arriesgado proceso judicial.
