Este martes, la Corte Suprema de Brasil se prepara para una decisión crucial: abrir un juicio contra Jair Bolsonaro, expresidente ultraderechista, por su presunto intento de golpe de Estado. La Fiscalía alega que Bolsonaro formó parte de una organización criminal destinada a impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo venció en octubre de 2022.
Bolsonaro, quien tiene 70 años, podría enfrentar hasta 40 años de prisión, aunque se autodenomina una víctima de persecución política. Afirma que su situación no es más que un intento de sacarlo del escenario político, mientras proyecta su deseo de competir en las presidenciales de 2026, a pesar de haber sido declarado inelegible.
Ante la inminente decisión, se prevé que la Corte aumente las medidas de seguridad en su sede, incluso con más presencia policial, un reflejo del clima de tensión que rodea este caso. Las acusaciones en su contra incluyen “golpe de Estado” y “organización criminal armada”, y de acuerdo al informe de la Policía Federal, su plan implicaría un estado de defensa para cuestionar los resultados electorales.
El exmandatario se encuentra en el epicentro de una tormenta política, ya que también se le vincula con los disturbios del 8 de enero de 2023, cuando sus seguidores atacaron las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia. En este contexto, sus comentarios jocosamente comparándose con Donald Trump no hacen más que añadir una dosis de ironía a su situación.
Los expertos legales opinan que es improbable que Bolsonaro enfrente detención preventiva, lo que podría permitirle enfrentar las acusaciones en libertad. Mientras tanto, Lula, que ha visto caer su popularidad, no ha confirmado sus futuras aspiraciones políticas, dejándose envolver también por un halo de incertidumbre.