En una jornada marcada por la tensión en el ámbito judicial, el fiscal jefe de la Fiscalía de Alta Complejidad O’Higgins, Javier Von Bischoffhausen, con apoyo de la PDI, llevó a cabo allanamientos en la Corte de Apelaciones de Santiago en relación a la investigación que involucra al ministro Antonio Ulloa y el penalista Luis Hermosilla. Esta operación se realizó por orden del Ministerio Público, tras la revelación de intercambios de mensajes entre ambos personajes que evidencian supuestas coordinaciones para la designación de jueces y fiscales judiciales.
Los chats, publicados por CIPER, revelan un preocupante patrón de tráfico de influencias, donde Ulloa solicita a Hermosilla que use su relación con el exministro del Interior, Andrés Chadwick, para revertir decisiones de nombramientos judiciales. En uno de los mensajes, Ulloa llega a suplicar, “Por favor ayuda a la Ana María te lo pido por favor”, dejando entrever la desesperación detrás de estos intentos por favorecer a ciertos candidatos.
La investigación se origina a partir de una denuncia presentada por parlamentarios del PS, quienes acusan a Ulloa de cohecho y soborno, lo que ha puesto en el centro del debate la integridad del sistema judicial chileno. Con un total de 14 nombramientos bajo la lupa, la situación se torna aún más alarmante al descubrir que los mensajes de Hermosilla a asesores de la presidencia de Piñera jugaban un papel crucial en estos procesos.
El hecho de que Ulloa, tras recibir su nombramiento, agradezca a Hermosilla por su “apoyo” durante el proceso, evidencia una red de complicidad que podría minar la confianza pública en el sistema judicial. Con más detalles y nombres saliendo a la luz, la pregunta que queda es: ¿cuál será la respuesta de las autoridades ante estas graves revelaciones?