Un complejo panorama sanitario vive el Complejo Penitenciario de Valparaíso, que ha sido sacudido por la alarmante proliferación de ratones. Esta crisis afecta especialmente al casino del recinto, donde los funcionarios han optado por no consumir alimentos, temerosos de los riesgos que conlleva esta plaga.
La situación fue constatada in situ por los diputados Diego Ibáñez (Frente Amplio) y Andrés Celis (ex Renovación Nacional), quienes se presentaron en el penal junto a Carlos Fernández, director nacional de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes. La visita respondió a las denuncias de los trabajadores, quienes viven en constante preocupación.
Fernández expresó su inquietud por la salud de los gendarmes, señalando que este no es un problema nuevo, sino que ha empeorado debido al aumento de la población penal y al incremento de residuos generados, lo que se convierte en un “caldo de cultivo” para estas plagas.
Los parlamentarios han decidido actuar y enviarán un oficio a los Ministerios de Justicia y Salud, así como a las seremis pertinentes, para exigir un plan de desratización efectivo. Ibáñez subrayó que la situación es de tal gravedad que el casino atiende a 350 personas diariamente, convirtiéndose en un riesgo para la salud pública.
Celis no se quedó atrás, calificando la situación de “escándalo” y advirtiendo que podría transformarse en una “bomba de tiempo”. Ha propuesto la revisión de la licitación de la empresa encargada del control de plagas e incluso evaluó un cierre temporal del comedor.
Desde la Dirección Regional de Gendarmería han informado que ya se ha iniciado un proceso de desratización con una empresa especializada, que estará realizando trabajos durante esta semana y seguirá con controles hasta 2025. A pesar de estas acciones, los trabajadores del penal se muestran escépticos y exigen soluciones permanentes y efectivas.
