A medida que el presidente estadounidense Donald Trump se adentra en su tercer mes en el poder, las encuestas revelan un panorama poco prometedor. Los recientes sondeos muestran que el apoyo hacia su gestión no termina de despegar, dejando claro que el mandatorio republicano no podría estar más alejado del visto bueno.
Una encuesta de YouGov para The Economist muestra que solo el 48% de los votantes aprueba su labor, mientras que el 51% se manifiesta en contra. Curiosamente, las cifras son bastante similares a las de su asunción, lo que indica que el optimismo es una especie en extinción en el entorno de Trump.
Los estadounidenses parecen estar más preocupados por la economía y el empleo que por otras cuestiones, con un abrumador 98% de los encuestados considerándolos esenciales. Sin embargo, solo un 45% cree que el presidente está manejando adecuadamente la situación económica. Las tarifas impuestas al acero y aluminio, además de las nuevas medidas de aranceles que entrarán en vigor el 2 de abril, parecen haber encendido más alarmas que elogios.
El descontento se intensifica, y otra encuesta de Fox News reporta que el 51% desaprueba su gestión. Los analistas advierten que este descontento puede tener consecuencias adversas para el apoyo legislativo que Trump necesita para llevar a cabo su agenda de recortes. En un escenario donde la economía podría ser la principal preocupación, los ciudadanos no parecen estar dispuestos a otorgarle un cheque en blanco al presidente.
Por si esto fuera poco, la gestión de Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) también ha sido criticada, con un 54% de desaprobación, lo que añade otra capa de complicaciones para el actual gobierno. Las medidas drásticas, como el despido de empleados de la Seguridad Social, han sido mal recibidas, lo que refuerza la noción de que la administración actual no es precisamente la más popular entre sus conciudadanos.
En medio de este panorama, Trump combina sus mensajes políticos con una nota sentimental, lamentando la muerte del excampeón de boxeo George Foreman, a quien calificó como un “gran peleador”. Sin embargo, esta faceta personal no parece ser suficiente para cambiar el rumbo fluctuante de su imagen pública.
