En un movimiento inesperado, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha convocado elecciones legislativas anticipadas para el próximo 28 de abril. Este anuncio llega en un momento turbulento, marcado por una creciente guerra comercial con Estados Unidos y las incesantes amenazas territoriales del presidente Donald Trump.
Carney, quien asumió el cargo tras la salida de Justin Trudeau, ha decidido centrar su campaña en los ataques de Trump, subrayando que el mandatario estadounidense busca despojar a Canadá de su soberanía. En su discurso, Carney dijo: “No dejaremos que eso ocurra”, acentuando el tono patriótico que buscará emplear en su estrategia electoral.
El Primer Ministro y el líder conservador, Pierre Poilievre, han alineado sus campañas en la defensa de la soberanía canadiense. Carney ha apuntado que las elecciones de abril son sobre elegir entre un “Trump canadiense o un gobierno que una al país”, criticando la negatividad que ha polarizado a Estados Unidos. Mientras tanto, Poilievre también ha prometido enfrentarse a Trump, defendiendo los intereses de Canadá y exigiendo la eliminación de los aranceles que el presidente estadounidense ha impuesto.
A pesar de que los liberales se enfrentaban a una posible derrota electoral, las amenazas de Trump han avivado un resurgimiento del nacionalismo canadiense, fortaleciendo la posición de Carney en las encuestas. Poilievre, cuya campaña ha sido cuestionada por ciertos comentarios de aliados, intenta distanciarse de la imagen de cercanía con el presidente estadounidense. Sin embargo, la lucha por la soberanía y el respeto hacia Canadá será, sin duda, el eje de la contienda electoral.
Las elecciones del 28 de abril no solo determinarán quién gobernará Canadá, sino también cómo se definirá la relación del país con su vecino del sur, en un momento donde la tensión comercial está en su apogeo.
