A pocas horas de que se inicie una nueva movilización frente al Congreso por los jubilados, el Gobierno de Argentina ha decidido utilizar el servicio de comunicación de todas las estaciones de trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para enviar un controvertido mensaje. A través de las pantallas de las estaciones y el sistema de audio, se advirtió que “la policía va a reprimir todo atentado contra la República”.
El mensaje oficial, emitido por el Ministerio de Seguridad nacional, a cargo de Patricia Bullrich, busca establecer una clara advertencia a los manifestantes: “Protesta no es violencia”. Este tipo de comunicaciones no son nuevas; en 2023, durante la gestión de Alberto Fernández, las pantallas de trenes también se utilizaron para influir en la opinión pública en favor de ciertos candidatos.
Se prevé un amplio operativo de seguridad con un despliegue de 900 policías en los alrededores del Congreso, mientras en una movilización anterior se registraron serios incidentes, incluido el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades. En un esfuerzo por identificar a los responsables de esos disturbios, el Gobierno ha ofrecido una recompensa de $10.000.000.
El área alrededor del Congreso estará completamente blindada, con cortes de tránsito y vallados instalados a 100 metros del Parlamento. Se han retirado 350 contenedores de residuos para evitar que se utilicen en enfrentamientos. Especial atención ha sido puesta en el contexto de la movilización, que contará con el apoyo de diversas organizaciones sociales que se suman a la exigencia de aumentos en los haberes de los jubilados, en medio de un salario mínimo de $280.000.
El clima político y social se calienta mientras el Gobierno denuncia la infiltración de “agitadores” en las manifestaciones.
