Familiares de personas desaparecidas, colectivos de búsqueda, activistas y ciudadanos se unieron en la plaza de armas de Guadalajara y en 23 ciudades de 18 estados, para expresar su indignación por los recientes hallazgos en el rancho Izaguirre, lo que denominan la Jornada de Luto Nacional por Teuchitlán. Este acto de protesta fue impulsado principalmente por el descubrimiento de un presunto campo de reclutamiento del crimen organizado, donde se hallaron prendas de vestir y restos óseos.
Los manifestantes, que sumaron alrededor de 2 mil en Guadalajara, señalaron que este hallazgo evidencia un contubernio alarmante entre autoridades y grupos criminales. A pesar de que el inmueble había sido revisado previamente, el hallazgo de testimonios de personas retenidas en el lugar aumentó la sensación de complicidad.
Durante la jornada, se colocaron cientos de zapatos, veladoras y ropas en la plaza, y se escucharon gritos de protesta dirigidos especialmente al exgobernador Enrique Alfaro, quien reside actualmente en Europa. Los manifestantes exigieron su retorno para que rinda cuentas, acusándolo de convertir a Jalisco en un cementerio.
El actual mandatario, Pablo Lemus, tampoco salió bien parado, pues su administración fue criticada por mantener en la fiscalía a funcionarios que demostraron incompetencia. El alcalde de Teuchitlán, José Ascención Murguía, fue también víctima de repudio, acusado de tener vínculos con el criminal Cártel Jalisco Nueva Generación.
Las manifestaciones no se limitaron a Guadalajara; en otras ciudades como Acapulco, Veracruz y Morelia, los colectivos de búsqueda llevaron a cabo ceremonias y vigilias para denotar la gravedad de la situación. En todas partes, el mismo clamor resonó: justicia para los desaparecidos y el cese de la impunidad que abraza a estas atrocidades.