Los recientes ataques aéreos de Estados Unidos en Yemen han dejado un saldo trágico de al menos 31 personas muertas y más de 100 heridas, en su mayoría mujeres y niños. Los ataques se concentraron en zonas residenciales de Saná, la capital del país, según el Ministerio de Salud de los insurgentes hutíes.
Este contexto de violencia surge en medio de tensiones internacionales, donde los hutíes han amenazado con atacar barcos israelíes si no se levanta el asedio a Gaza, lo que ha provocado una respuesta contundente por parte del gobierno estadounidense.
Como era de esperar, los hutíes han prometido retaliar ante estos ataques, lo que podría desencadenar una espiral de represalias en la región. Es crucial señalar que la estrategia militar de Estados Unidos, liderada en parte por Donald Trump, busca poner fin a las actividades de los rebeldes yemeníes, pero a costa de una escalofriante cantidad de vidas inocentes.
Las organizaciones internacionales han expresado su preocupación, llamando a una intervención que no solo considere las acciones militares, sino también la protección de la población civil en Yemen, que sigue sufriendo las consecuencias de un conflicto sin fin.