En una reciente entrevista con CHV, el presidente Gabriel Boric se vio obligado a abordar la controversia generada por la fallida compra de la casa del expresidente Salvador Allende. Su defensa hacia la exministra de Defensa, Maya Fernández, y la senadora Isabel Allende fue clara, asegurando que ambos no buscaban enriquecimiento ilícito.
Boric propuso que las residencias de expresidentes, como Allende y Aylwin, deberían considerarse patrimonio público, sugiriendo una inhabilidad en la adquisición de la casa de Guardia Vieja. Si bien el mandatario reconoció “la falta de visión” de los equipos involucrados en el proceso de compra, subrayó que en ningún momento existió una intención de enriquecimiento.
En cuanto a la renuncia de Fernández, Boric explicó que esta decisión fue tomada en pro de defender su integridad, lo que añade una capa más a la complejidad de la situación. La polémica ha dejado al gobierno en una posición precaria, donde las sombras de la llamada corrupción parecen acechar, a pesar de las aclaraciones brindadas por el presidente.
