En un alarde de transparencia, el Ministerio de Defensa ruso afirma haber derribado nada menos que 337 drones ucranianos en su territorio. Al parecer, la campaña militar especial necesita cifras especiales.
Según la cartera rusa, 91 drones fueron abatidos en las afueras de Moscú. El gobernador regional, Andréi Vorobiov, informó en Telegram: “Sabemos que una persona murió y otras tres resultaron heridas”. Una declaración escueta para un incidente de tal magnitud.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, añadió que “fueron derribados 74 drones cerca de Moscú y cientos en distintos puntos”. ¿Cientos más? Las matemáticas rusas parecen tan flexibles como su política exterior.
Curiosamente, este ataque masivo ocurre horas antes de una reunión en Yeda, Arabia Saudita, entre delegaciones de Ucrania y Estados Unidos para discutir posibles negociaciones de paz con Rusia. ¿Coincidencia o estrategia?
Mientras tanto, el mundo observa y se pregunta: ¿cuánta verdad hay detrás de estos números y qué implicaciones tiene para el camino hacia la paz?
