El ministro de Defensa, el general retirado Pedro Sánchez, anunció con bombos y platillos la liberación de los 28 policías y el militar secuestrados en el Cauca. Agradeció a entidades como el Ministerio del Interior y la Misión de la ONU en Colombia por su intermediación. Pero, ¿es este un verdadero avance o solo otro parche en una herida que no deja de sangrar?
Los uniformados fueron secuestrados tras una asonada contra el Ejército por parte de los habitantes de la zona, atribuida al grupo Carlos Patiño, disidencias de las FARC. Sánchez insiste en que solo las autoridades legítimas pueden realizar retenciones, mientras los criminales pasan de un secuestro simple a uno extorsivo.
El Plateado, controlado por las disidencias, sigue siendo tierra de nadie pese a la ‘Operación Perseo’ del Ejército. ¿Está el gobierno perdiendo el control o simplemente prefiere mirar hacia otro lado?