Parece que Mario Desbordes no piensa soltar el hueso. Tras varios intentos fallidos, el alcalde insiste en enredar a la administración anterior con querellas que parecen más un show político que una búsqueda de justicia. Ahora apunta al exdirector de Cordesan, Pedro Aravena, acusándolo de administración desleal y fraude al fisco en las fondas del Parque O’Higgins.
La Contraloría ya había visado el permiso otorgado y no formuló denuncias. Pero Desbordes sigue adelante, incluso después de que sus querellas fueran desestimadas. ¿Será que busca titulares más que soluciones para la comuna?
Mientras tanto, se allana la casa de la diputada Karol Cariola por supuestos chats con Irací Hassler, en un intento de pintar una imagen de corrupción no probada. ¿Justicia o persecución política?
