La Embajada de China en Chile ha salido al paso de las especulaciones sobre Emilio Yang, aclarando que el empresario no tiene vínculos con el gobierno chino ni actúa como intermediario con las autoridades chilenas. Parece que algunos buscan fantasmas donde no los hay.
En un comunicado, la embajada enfatizó que mantiene “canales de comunicación directos y fluidos con el Gobierno y el Congreso Nacional de Chile”, sin necesidad de intermediarios. Mientras tanto, se investigan supuestos tráficos de influencias basados en conversaciones entre la diputada Karol Cariola y la exalcaldesa Irací Hassler, donde Yang aparece interesado en colaboraciones con el municipio. ¿Será delito fomentar la cooperación internacional?
También se menciona una solicitud para renovar una patente de alcoholes que finalmente no prosperó. Vaya, otro intento fallido de escándalo.