Puede que estemos en el 2025, pero parece que nuestras redes eléctricas siguen en la edad de piedra. Después del megacorte que nos dejó a oscuras el martes pasado, nos enteramos de que el Coordinador Eléctrico Nacional tuvo que pedir ayuda a Argentina. Sí, a Argentina. Y ni así pudimos encender una bombilla en el norte.
Tras dos horas sin luz, nuestros genios eléctricos contactaron a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico de Argentina. Pero Transelec, en su infinita sabiduría, impidió los telemandos necesarios para recuperar el servicio. ¿Acaso tienen un interruptor que solo ellos pueden tocar?
Mientras tanto, el ministro de Energía y la superintendenta de Electricidad y Combustibles observaban. ¿Y ahora qué? ¿Esperaremos que nos rescaten desde más allá de la cordillera cada vez que Transelec decida apretar un botón?
