El mundo del fitness está de luto tras la inesperada muerte de Jody Vance, una joven promesa del fisicoculturismo de tan solo 20 años. Vance falleció durante el Arnold Sports Festival en Ohio, EE. UU., víctima de complicaciones derivadas de una severa deshidratación.
A pesar de los esfuerzos del personal médico, su condición empeoró rápidamente. Inicialmente presentó vómitos, síntomas típicos de una deshidratación que fue más allá de lo manejable. Pero, ¿qué llevó a esta joven a tal extremo?
Se ha revelado que Vance había estado usando sustancias peligrosas sin el conocimiento de su entrenador, en una búsqueda desesperada por alcanzar estándares inalcanzables de perfección física. Este trágico suceso nos hace cuestionar los límites a los que se empuja a los atletas en una industria que glorifica el exceso.
¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo que la salud sea el precio a pagar por un ideal estético? El caso de Jody Vance es un recordatorio contundente de los riesgos que acechan en el camino hacia la cima del culturismo.
