El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lanzó un bombazo geopolítico: convocó a México, Uruguay y Colombia como invitados de honor a la próxima cumbre BRICS en Río de Janeiro. «No son cualquier cosa: representan casi la mitad de la humanidad», declaró con su estilo característico durante la posesión del nuevo mandatario uruguayo.
El líder progresista subrayó que el bloque (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) busca ampliar su influencia con países aliados. ¿La jugada maestra? Un documento multilateral que blinde el libre comercio y la cooperación entre economías emergentes.
La cita de julio promete ser un ring de debates sobre el nuevo orden económico global. Mientras China e India consolidan su poderío, Lula apuesta por sumar voces latinoamericanas a este club que ya mueve el 25% del PIB mundial. ¿Se convertirá el BRICS en el contrapeso definitivo al G7? Río será el termómetro.